sábado, 13 de julio de 2013

Summer Story *Part 2.1*


Antes que nada, quiero se sepáis que este relato es más largo que el anterior así que he decidido colgarlo en dos partes. Espero que os guste.
 
22-6-13
*Cathy*

Hoy es el primer día de las vacaciones de verano. Son las nueve de la mañana y soy incapaz de volver a dormirme desde hace media hora. Después de estar intentado descansar un rato más me he rendido y he decidido bajar a la cocina para prepararme el desayuno.

La casa esta muy silenciosa así que asumo que Chloe sigue durmiendo y mis pares ya se habrán marchado a trabajar porque ellos aún no están de vacaciones.

Después de comer un poco vuelvo a mi habitación y me visto para salir a pasear por la ciudad antes de que todo el mundo se levante y las calles se conviertan en un mar de gente.


Cierro suavemente la puerta después de dejarle una nota a mi hermana. Empiezo a andar por las calles sin saber muy bien hacia donde voy mientras empiezo a pensar.

Estas vacaciones no tenemos planeado ningún viaje, así que voy a estar todo el tiempo aquí. Al menos tenemos una playa en la ciudad, de modo que ya tengo algo que hacer, aunque no me guste mucho, pero no voy a tener suficiente con eso. Necesito algo más para entretenerme. Podría buscar un trabajo. No estaría mal, así gano un poco de dinero.

Podría hacer de canguro, pero no hay muchos niños en la ciudad ahora y los pocos que hay creo que se van de vacaciones fuera; también podría pasear perros, pero no me gusta mucho la idea; ser camarera seria definitivamente muy agotador y no creo que mis piernas den para tanto. Uffff, esto es más complicado de lo que creía.

Al levantar la vista me doy cuenta de que estoy en la librería. La de la familia de Tyler. Tyler. Me muero de ganas de volver a verle. Volverá de la Universidad dentro de tres días. Le hecho mucho de menos.

No. No puedo echarle de menos. No. No. Tengo que superarlo. 

Al volver a casa, Chloe sigue en su habitación aunque sean las 11 de la mañana. Como no tengo nada mejor que hacer, decido ir a despertarla. No entiendo como es capaz de dormir tanto, a mí me resulta imposible. Voy a abrir la puerta de su habitación esperando encontrarla dormida en la cama, pero para mi sorpresa ya esta vestida y se está poniendo los zapatos.

-       Buenos días – dice alegremente.
-       Buenos días – le contesto - ¿Hace mucho que estás despierta?
-       En realidad no, hace unos diez o quince minutos más o menos. Ryan me ha llamado y me ha despertado.
-       ¿Qué quería?
-       Nada, que se aburría en casa y que si quería ir a pasear un rato e ir a la playa.
-       Yo acabo de volver de pasear.
-       ¿Ahora?
-       Sí, ya sabes que me gusta salir temprano para pensar – le contesto.
-       Bueno, pues cuando una viene la otra se va – dice con una sonrisa.
-       ¿Quieres desayunar algo?
-       No, ya comprare un bocadillo o cualquier cosa.
-       Vale, pues que te lo pases bien, yo me voy a mi habitación.
-       ¿No quieres salir o ir a la playa? Estamos de vacaciones.
-       No se, no me apetece mucho ir a la playa.
-       Bueno, como quieras, pero hace un día precioso y yo lo aprovecharía. No puedes quedarte siempre en casa. Y mucho menos por Él.
-       ¿Él quien?
-       Ya sabes a lo que me refiero. Tienes que olvidarte de ese chico, hace meses que estás así.
-       Vale, gracias por el consejo, puede que salga a pasear – le digo para quitármela de encima.
-       Deberías. Ahora me marcho que Ryan me estará esperando.
-       Adiós
-       Hasta luego – dice Chloe antes de desapareces por las escaleras.

Yo voy hacia mi habitación y abro la ventana para que pase un poco de aire. Chloe tiene razón, debería distraerme y olvidarme de él. Debería hacer caso a mi hermana, ella sabe más sobre relaciones que yo. Pero no puedo olvidarlo, no ha pasado un solo día sin que me acordase de él. Es demasiado importante para mi para simplemente eliminarlo de mis recuerdos.

El móvil empieza a sonar y me saca de mis pensamientos. Sin siquiera mirar el nombre que aparece en la pantalla contesto.

-       ¿Diga?
-       Hola – responde una voz alegre. Tyler es muy alegre. Su nombre también es muy alegre. Tyler.
-       ¿Tyler? – digo pensando en voz alta.
-       Soy Maggie – dice una voz ofendida – y creo que voy a dejar de llamarte si me vuelves a confundir con un tío. Y más con ese.
-       Lo siento, es que estaba pensando en él... – enseguida me doy cuenta de que no debería haber dicho eso.
-       ¡¿Estabas pensando en Él?! Vale, voy para allá. No vuelvas a pensar en Él o te vas a enterar.
-       Sí, lo que sea – digo distraída.
-       Estoy yendo hacia tu casa. Vístete porque nos vamos a la playa.
-       ¿La playa? No. No quiero ir. Estoy bien en casa.
-       No, no te vas a quedar en casa porque si no haces nada te pones a pensar y si piensas seguro que Él se cuela en tu mente y después te das cuenta de que lo echas de menos y te deprimes y no voy a dejar que te deprimas durante las vacaciones. ¿Entendido?
-       Lo que no entiendo es porque ni tu ni mi hermana decís nunca su nombre. No lo entiendo, con lo bonito que es. A mi me encanta. Ty...
-       ¡No lo digas! No decimos su nombre porque si se pronuncia esa palabra tu cerebro busca mecánicamente recuerdos relacionados con Él y eso no es bueno, porque queremos que lo olvides.
-       Me asustas, pareces licenciada en ciencia de corazones rotos.
-       Bueno, he leído un par de blogs de internet para informarme.
-       Sabes más que yo, eso seguro.
-       No te creas, según uno de los blogs, las personas que experimentan una ruptura de corazón son las que más saben sobre ello. Y como a mi no me me ha roto el corazón nunca, pues...
-       Claro, si no dejas que nadie se te acerque.
-       Bueno, dejemos el tema. Estoy delante de tu casa. Abre la puerta.
-       Vale, voy.

Corro a abrir la puerta mientras cuelgo el teléfono.

-       Hola – dice Maggie dándome un abrazo.
-       Holaaa.
-       ¿Llevas bañador? – pregunta.
-       No, acabo de volver de pasear.
-       Pues entonces ve a ponértelo que vamos a la playa.
-       No tengo ganas.
-       Pues vamos de compras. Quiero ropa nueva.
-       Ya iremos cuando lleguen las rebajas.
-       Bueno, entonces vayamos a desayunar fuera.
-       He comido hace un rato.
-       ¡Me da igual, comes otra vez! Dios mío, no hay ninguna escusa que te saque de casa – dice negando con la cabeza.
-       Me gusta estar en casa.
-       ¿Y si te digo que vamos a comprar libros?
-       Entonces vengo sin que tengas que arrastrarme por las calles.
-       Bien, pues vamos. Pero no iremos a la librería de la familia de Él.
-       ¿Porque? Tengo un vale de un 20% de descuento.
-       Pues eso es una señal de que vas demasiado.
-       Bueno, vale, iremos a al otra pero si no encuentro nada, vamos a la de la familia de Ty...
-       Vale – dice sin dejar que termine de decir el nombre de “Él”.

En la primera librería a la que vamos no encuentro nada que me guste, después de estar media hora mirando (culpa de Maggie que no quiere ir a la otra librería).

-       Buenos días, querida – dice la madre de Tyler cuando entramos en a tienda.
-       Hola – contesto alegremente.
-       ¿Quieres que te ayude a buscar algo? – pregunta amablemente.
-       No hace falta, vamos mirando, gracias – contesto mientras me adentro en uno de los pasillos llenos de libros.

Me encanta esta tienda porque no es ni demasiado pequeña ni demasiado grande. Tiene la medida perfecta y esta llena de libros de todos los colores y tamaños, cosa que la llena de ese agradable e incomparable olor que tienen los libros.

Empiezo a mirar estantes de libros mientras Maggie se pierde por otro pasillo. Amblas estamos locas por los libros.

Cuando ya he repasado todos los libros de una estantería, con uno en la mano voy hacia otra pero sin darme cuenta choco con alguien y mi libro se cae al suelo. Me arrodillo para recogerlo pero el chico con el que he chocado es más rápido.

-       Una gran elección. Conozco a alguien a quien le encantaría – dice mirando el libro.

Después me lo tiene y levanta la cabeza. Entonces es cuando puedo verle a cara.

-       Tyler – digo sorprendida y creo que un poco asustada.
-       Cathy – dice igual de sorprendido antes de que una sonrisa se extienda por su cara. – Me alegro de verte.

Yo le dedico una corta sonrisa evitando mirarle a los ojos, por miedo a perderme en ellos. Agarro el libro que tiene el las manos y cuando sin querer las mías tocan la suyas siento como si me quemaran, así que las aparto rápidamente. No tardo mucho en sentir como queman mis mejillas también.

-       Eh, bueno, tengo que... tengo que irme. Estoy con... con una... una amiga.
-       ¿Maggie?
-       ¿Eh? Ah,... sí. Co-con Maggie – digo muy pero que muy nerviosa.
-       Bueno, dejo que mires tranquila. Ya nos veremos – dice antes de plantar un beso en mi mejilla.


Y en ese momento no puedo estar más agradecida de que se vaya rápidamente porque no tengo ganas de que vea que me he quedado en estado de shock. Mi cuerpo no reacciona a la órdenes de mi cerebro. Es como si fueran dos cosas sin ninguna relación. Lo primero que hago es levantar mi mano hasta mi mejilla, la que Tyler ha besado. No puedo creer que haya hecho eso.

4 comentarios:

  1. Pues no parece tan malo el tal Tyler...

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  2. no, tiene pinta de ser malo... que se aleje ¬¬

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  3. Estoy deseando leer el final de la historia, no nos hagas esperar por favor culata ya
    Una fan de siempre

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  4. 2º PARTE YAA!!!
    Es... PERFECTO :)
    Me encanta como escribes, deberías hacer más cosas de estas!
    Besitos :)

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